Ferreruela de Huerva es uno de esos municipios que todavía resisten al vacío demográfico. Situado a 95 kilómetros de la capital turolense, esta pequeña localidad de apenas 74 habitantes es ejemplo para el resto de la comarca del Jiloca por una experiencia piloto recién estrenada.
El Ayuntamiento ha apostado por el autoconsumo energético con la instalación de placas fotovoltaicas para ahorrar costes, una medida que ha despertado gran interés en los pueblos de alrededor, acostumbrados todos ellos a lidiar con la estrechez de las arcas municipales.
Se trata de una experiencia “piloto” que el ayuntamiento ha podido llevar a cabo con la ayuda recibida por el Fondo de Inversión de Teruel (FITE), y que ya está dando sus primeros frutos, explica el técnico municipal Ángel Muñoz.
Levitec, como empresa especializada en instalaciones eléctricas y de climatización de ámbito nacional, ha ejecutado esta instalación fotovoltaica. En total, han sido 52 placas situadas en el pabellón deportivo municipal, con una potencia de 14 kilowatios pico. Con esta potencia instalada, se estima una producción de energía de 18.000 kw/ hora, que se destinará al alumbrado público del municipio.
Así lo cuenta Ángel Muñoz: “Durante el día, estas placas producen energía fotovoltaica y ésta se almacena en unas baterías. El alumbrado público del municipio, es decir las farolas, cogen después la energía almacenada en estas baterías”. Y las calles de este pueblo, conocido por su torre mudéjar y la cascada de la Raudera, se iluminan.
Con ello, el consistorio ha podido prescindir de uno de los contratos energético de gastos fijos, lo que supone un ahorro de 3.000 euros al año, una cantidad que ahora el Ayuntamiento podrá destinar a otros usos.